"Todo es una mierda": después de muchos años Gledys Ibarra y Franklin Virguez se reencuentran en MicroTeatro para protagonizar esta obra, escrita y dirigida por Alexis Valdés

DIARIO LAS AMERICAS / Abril 8, 2014

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Jamás imaginaron que su reencuentro sería en teatro y mucho menos dentro un contenedor. Dos décadas atrás, Franklin Virgüez y Gledys Ibarra conmocionaron Venezuela con el súper éxito televisivo Por estas calles. Cada noche, partiendo de historias cotidianas, sentaron al país frente al televisor por mas de dos años. Ahora se reencuentran para representarTodo es una mierda, en cartelera todo el mes de abril de jueves a domingo, con varias funciones por día. “Menudo reencuentro el nuestro”, afirmó Franklin, en exclusiva para DIARIO LAS AMÉRICAS.
“Teníamos muchos años sin trabajar juntos, pero siento como si hubiera hecho escenas con él hace poco”, confiesa Gledys. “Sigue prevaleciendo la hermandad. Lo diferente es que el tiempo inexorablemente ha pasado. Franklin es un gran actor, gran compañero, de mucha entrega y preocupación, y fíjate, diría que puede tener en la vida real un poco de la locura que tiene mi personaje en la obra”.
“Esta historia me es familiar”, dice el actor. “Mucho o poco del personaje de Gledys, lo he vivido. Ramón es un tipo tranquilo, trabaja en un gym, su esposa es actriz en busca del éxito. A él solo le interesa vivir en paz, tomarse su copa de vino, hacerle el amor de vez en cuando, sin mucho rollo, pero ella lo atormenta y todo el tiempo le dice que todo es una mierda”.
“Trabajar con Gledys es un placer enorme. Nos queremos mucho desde hace 30 años. Con ella todo es ganancia. Es muy cómica, la gente se ríe mucho, mientras mi personaje está muy serio, pues su situación es un infierno. Quiere matarla. Está obstinado de tanta queja por parte de su mujer”.
Para quien conoce los entresijos de la TV, será muy gracioso ver parte de su habitualidad. Y al público en general, aparte de gran diversión, le abre un agujero para espiar un pedazo de ese mundo a través de la vivencia de una actriz, “un poco loca y descontrolada”, acota Gledys. “El texto de Alexis me atrapó. En pocos minutos crea una situación de mucho peso para un actor, con una estructura muy graciosa y llena de ritmo”.
Las obras de MicroTeatro duran 15 minutos y se presentan dentro de un contenedor, decorado según cada historia. Por función entran 20 personas, pagando solo 5 USD, y los actores hacen entre 4 y 6 funciones diarias. Lo cual implica un esfuerzo que para nada tiene que ver con el incentivo financiero. Para la mayoría, realmente es “teatro por amor al arte”.
“Es una feria de amistad y es una de las cosas que más disfruto. La emoción de cuando se abre la taquilla y comienza el periplo del público, es la misma de cuando estoy en un teatro convencional y se va a abrir el telón. Entre función y función, la complicidad de un comentario apresurado sobre lo sucedido en escena con tus compañeros. Intercambiamos vivencias cortas como el micro, pero enriquecedoras y divertidas. Es además un punto de encuentro con actores y productores. Hay público asiduo amante del teatro y de lo novedoso de este concepto, pero también es como un casting”, cuenta Gledys.
“Hay que trabajar muy duro, pues tenemos un tiempo muy reducido para ensayar, y luego hacer tantas funciones seguidas. La base del teatro es el ensayo diario. En el texto están las premisas, que se van descubriendo con memorización y repetición, pero lo primario está en el estudio del libreto, los ensayos, las primeras funciones donde el espectador reacciona en los momentos claves. Hay que explorar, redondear el personajes hasta respirar el guión. Solo así al final lo tienes todo, incluyendo el ritmo, que es vital”, reflexiona Franklin.
Para el actor, trabajar en Miami no es fácil. “Y ya tenemos varios años aquí. Estamos curados, nos adaptamos, porque si vienes de otro país y pretendes ser actor en Miami, te adaptas o mueres en el intento. El MicroTeatro es una novedad interesante. Su historia en España es digna de imitar. Aunque no se gana casi dinero, se gana en promoción personal, público amante del teatro y gente del medio. Es como anunciar que estamos vivos y en la pelea. Hoy que vivo la experiencia, te puedo decir que me gusta. Ahora bien, la próxima lo podría pensar dos veces”.
El público, que dentro del contenedor casi toca a los actores y siente de cerca su respiración, hace suya esta historia por su cotidianidad. Para Franklin todos tenemos un poco del personaje de Gledys: “somos quejones por naturaleza. A veces abusamos de la confianza de vivir en pareja, y por supuesto, hay conflictos”.
Después de esta obra, Gledys comenzará a trabajar en su próximo infantil y Franklin presenta en el Teatro Trial, 8, 9 y 10 de mayo, La Habana sin Tacones, de María Elena Lavaud. “Son solo 3 funciones. Y al día siguiente vuelo a Bogotá para hacer 3 funciones de Se Cae de Maduro, una parodia política con Eudomar Santos, personaje de Por estas calles, cantándole la verdad a los maduristas comunistoides de Venezuela. Y el 19, la llevaremos a Orlando”.
Todo es una mierda se presenta de jueves a sábado de 8 a 11pm y domingos de 7 a 10pm. 6 pases. Centro Cultura Español 1490 Biscayne Blvd. Miami, FL 33132

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