El actor cubano afincado en Colombia visita Miami para presentar una obra escrita por él
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A finales de los noventa, después de una exitosa carrera en su Cuba natal (en teatro, populares telenovelas y premiados largometrajes de ficción) Rolando Tarajano decidió abrirse camino en Bogotá, tierra que ha recibido con amor a no pocos actores cubanos. En la última década ha protagonizado allí famosas series, que han dado la vuelta a Latinoamérica, como A Corazón abierto, Tabú, La dama de Troya, Amantes del desierto, o su más reciente trabajo, Amo de casa, una comedia dramática centrada en las peripecias de su personaje, que alcanzó primeros lugares de sintonía en Colombia (RCN) y en Estados Unidos (MundoFox). Su amor irreductible al teatro le animó a escribir No recuerdo nada de ti, a menos que seas como te imagino, que hasta el 23 de febrero puede disfrutarse en Microteatro de Miami, compartiendo la escena con Roxana Montenegro y Carlos Acosta-Milian. De esta breve pieza, y de los entresijos del teatro y la televisión, conversamos para DIARIO LAS AMÉRICAS.
Para este cubano, que vive a caballo entre Bogotá y Miami, el Microteatro tiene una estrecha relación con uno de los géneros literarios que más le fascina: el cuento.
Escribir para micro es difícil. Debe ser una historia fuerte, con una curva dramática inesperada, con algún suspenso aun cuando se trate de comedia. Sin estos elementos, quedaría un micro muy débil. Es un pie forzado fuerte. Es un ejercicio de construcción fenomenal. El mejor micro que he leído se escribió en el siglo XIX: Mozart y Salieri de Pushkin, pero excede los 15 minutos. Quedaría largo para un contenedor.
Hacer teatro, para la mayoría de los actores formados en las tablas, es como ir a beber del manantial de casa.
La televisión es un gran negocio. Una mezcla de todo. Yo pongo el arte de actuar en función de la televisión. Me gusta construir un personaje y ver cómo se queda después en millones de personas, y muchas veces influye en sus vidas cuando tienes éxito con la interpretación. En televisión muchas veces se carece de la formación y dirección actoral necesaria. Hay actores y directores con los que no puedes hablar de sistema de actuación ni nada, porque sería hablarles en chino. Me he acostumbrado a eso. Para mí el teatro es un territorio de arte, lo hago por placer y para expresar lo que pienso de diversos temas que me importan.
Además de actor, es un creador de historias de ficción. Hace poco publicó una colección de historias eróticas bajo el título de Sexo Salvaje (Icono Editorial). Pero escribir para las tablas es una de sus pasiones.
Escribí este thriller pensando en las relaciones de pareja, y al final me salió una metáfora de lo que son algunos matrimonios. Con el sexo, obsesiones extremas, miedos, humor, odios. El tema del amor y el sexo es inagotable, y a la gente sin duda les fascina reencontrarse secretamente con eso en escena o en la literatura. La complicidad del espectador es invisible, misteriosa, pero existe debajo de la sonrisa o la respiración. El día que estrené, dentro del contenedor sentí todo eso. No en balde los actores estamos medio trastornados.
Este actor (que ha trabajado muchísimo para la pequeña pantalla) detesta el teatro que se parece a la televisión.
Son lenguajes diferentes. Me gusta el teatro puro, donde uno siente que está en otro plano poético, sensorial, donde podemos participar como espectador de un hecho que completamos con la imaginación, si el creador fue capaz de inspirarnos. El teatro es como un iceberg: una cosa es lo que se ve o se dice en la superficie, y otra es lo que puedes imaginar.
Después de varios años de trabajo, para Tarajano lo más importante es la audiencia. Sobre la escena le gusta captar, o al menos sentir que atrapa, las emociones del público.
Lo respeto mucho. Y me encantaría conocer sus opiniones sobre lo que escribí. Creo que pueden sentirse identificados con sus anhelos. Es una historia que podría pasarle a cualquier pareja de Miami que ha estado enamorada bajo las fuertes ráfagas de un huracán categoría 5.
No recuerdo nada de ti, a menos que seas como te imagino se presenta en el Centro Cultural Español del 23 de enero al 23 de febrero, jueves, viernes y sábados de 8 p.m. a 11 p.m., domingo de 7 p.m. a 10 p.m.
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A finales de los noventa, después de una exitosa carrera en su Cuba natal (en teatro, populares telenovelas y premiados largometrajes de ficción) Rolando Tarajano decidió abrirse camino en Bogotá, tierra que ha recibido con amor a no pocos actores cubanos. En la última década ha protagonizado allí famosas series, que han dado la vuelta a Latinoamérica, como A Corazón abierto, Tabú, La dama de Troya, Amantes del desierto, o su más reciente trabajo, Amo de casa, una comedia dramática centrada en las peripecias de su personaje, que alcanzó primeros lugares de sintonía en Colombia (RCN) y en Estados Unidos (MundoFox). Su amor irreductible al teatro le animó a escribir No recuerdo nada de ti, a menos que seas como te imagino, que hasta el 23 de febrero puede disfrutarse en Microteatro de Miami, compartiendo la escena con Roxana Montenegro y Carlos Acosta-Milian. De esta breve pieza, y de los entresijos del teatro y la televisión, conversamos para DIARIO LAS AMÉRICAS.
Para este cubano, que vive a caballo entre Bogotá y Miami, el Microteatro tiene una estrecha relación con uno de los géneros literarios que más le fascina: el cuento.
Escribir para micro es difícil. Debe ser una historia fuerte, con una curva dramática inesperada, con algún suspenso aun cuando se trate de comedia. Sin estos elementos, quedaría un micro muy débil. Es un pie forzado fuerte. Es un ejercicio de construcción fenomenal. El mejor micro que he leído se escribió en el siglo XIX: Mozart y Salieri de Pushkin, pero excede los 15 minutos. Quedaría largo para un contenedor.
Hacer teatro, para la mayoría de los actores formados en las tablas, es como ir a beber del manantial de casa.
La televisión es un gran negocio. Una mezcla de todo. Yo pongo el arte de actuar en función de la televisión. Me gusta construir un personaje y ver cómo se queda después en millones de personas, y muchas veces influye en sus vidas cuando tienes éxito con la interpretación. En televisión muchas veces se carece de la formación y dirección actoral necesaria. Hay actores y directores con los que no puedes hablar de sistema de actuación ni nada, porque sería hablarles en chino. Me he acostumbrado a eso. Para mí el teatro es un territorio de arte, lo hago por placer y para expresar lo que pienso de diversos temas que me importan.
Además de actor, es un creador de historias de ficción. Hace poco publicó una colección de historias eróticas bajo el título de Sexo Salvaje (Icono Editorial). Pero escribir para las tablas es una de sus pasiones.
Escribí este thriller pensando en las relaciones de pareja, y al final me salió una metáfora de lo que son algunos matrimonios. Con el sexo, obsesiones extremas, miedos, humor, odios. El tema del amor y el sexo es inagotable, y a la gente sin duda les fascina reencontrarse secretamente con eso en escena o en la literatura. La complicidad del espectador es invisible, misteriosa, pero existe debajo de la sonrisa o la respiración. El día que estrené, dentro del contenedor sentí todo eso. No en balde los actores estamos medio trastornados.
Este actor (que ha trabajado muchísimo para la pequeña pantalla) detesta el teatro que se parece a la televisión.
Son lenguajes diferentes. Me gusta el teatro puro, donde uno siente que está en otro plano poético, sensorial, donde podemos participar como espectador de un hecho que completamos con la imaginación, si el creador fue capaz de inspirarnos. El teatro es como un iceberg: una cosa es lo que se ve o se dice en la superficie, y otra es lo que puedes imaginar.
Después de varios años de trabajo, para Tarajano lo más importante es la audiencia. Sobre la escena le gusta captar, o al menos sentir que atrapa, las emociones del público.
Lo respeto mucho. Y me encantaría conocer sus opiniones sobre lo que escribí. Creo que pueden sentirse identificados con sus anhelos. Es una historia que podría pasarle a cualquier pareja de Miami que ha estado enamorada bajo las fuertes ráfagas de un huracán categoría 5.
No recuerdo nada de ti, a menos que seas como te imagino se presenta en el Centro Cultural Español del 23 de enero al 23 de febrero, jueves, viernes y sábados de 8 p.m. a 11 p.m., domingo de 7 p.m. a 10 p.m.
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